Camineros Andantes Tenerife: Diario de pesca 10.09.2023 (La suerte del prinicipiante)

Visita el grupo de senderismo y pesca en Whatsapp

https://chat.whatsapp.com/L78lYRCG1jdCcDCKImMbBO

Ingresa en nuestros grupos de senderismo solicitándolo en dicho grupo.

Llegamos a las 09.30 horas y nos fuímos a las 15 horas. Me olvidé la caña de pescar en la guagua, pero con tan buena fortuna que la guagua estuvo parada en el semáforo y la recuperé.

Un día soleado y tranquilo frente al mar

Nos encontramos en el muellito a dos personas más jóvenes que nosotros que pescaban desde las 7 de la mañana. Se fueron hacia las doce sin ninguna captura sifnificativa. Lo que pescaron lo devolvieron al mar.


Antonio contemplando el horizonte

Yo tuve la suerte del neófito superando al maestro Antonio en las capturas.
Habíamos convenido que empezaría a pescar cuando el maestro hiciera una primera captura y me pudiera dedicar su atención.
Dos tercios aproximadamente de las capturas fueron mías, pero luego sólo me llevé 8 sardinas porque no creo que me coma más, y además tengo que aprender a prepararlas.

Le había prometido a Antonio que las cervezas y el engodo corrían de mi cuenta, pero al final no hice engodo.

Comenzando la jornada de pesca con buen pie

Un niño vino a aprender a pescar y le regalé unas cuantas gambas. Ya a la vuelta dividí en envases más pequeños las gambas porque con 360 gramos da para un montón. Seguramente conseguiré un carrito de la compra barato o de segunda mano. Y la caña en el carrito para que no se me olvide.
Durante la jornada di cuenta de una rosca entera de jamón serrano y queso, dos cervezas sin de mercadona económicas y un litro de agua. Un día soleado y espléndido. Llevé bronceador y gorra
Hubo un momento en que el pobre Antonio no pescaba ninguna sardina y le ofrecí cambiar de sitio. En esto me equivoqué en el lance y vino a caer en su parte. Al poco me dijo que se me había caído la carnada y que recogiera. Y al recoger había pescado una sardina.
Hay que tener cuidado con el sol. Llevé gorra y bronceador, tabla de hielo para las cervezas frías y unas 32 capturas (no las conté), y unas cuatro que se me escaparon.
Tenía mucha aprensión al coger el pescado con las manos (llevaba unos guantes en la mochila), pero al final se quedó en nada.

Y para más inri la tapa de queso manchego y dos cervezas dorada sin con limón en el bar cercano al finalizar la pesca las pagó Antonio en contra de todo pronóstico.
Ya en la guagua nos tocó sentarnos en una zona de goteras del aire acondicionado . Y aunque estaba muy a gusto, un señor detrás mío se levantó sobresaltado al notar que se le mojaba el culo, al igual que la señora de enfrente . Hasta Antonio terminó por levantarse.

Hay que mejorar el equipo de pesca y en la bajada cuidé de no olvidar la caña.
La pesca no hubiera sido igual sin Antonio porque prefiero conversar y no me entero de cuando pican los peces, así que Antonio me avisa y yo solamente jalo de la caña.